Este mantra, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, posee un gran poder de purificación. La flauta duduk, interpretada por Aim le otorga un efecto aún más calmante que ayuda a centrar la mente.
La delicadeza del piano y el profundo y meditativo fluir de la flauta evocan el plácido descanso nocturno en la naturaleza.
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